Doctora en Biología por la Universidad de Alicante y licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Europea de Madrid, Celia Ojeda coordina el Área de Consumo de Greenpeace España, que trabaja en plásticos, alimentación (carne y derivados lácteos y pescado sostenible), movilidad, moda sostenible, ciudades y consumo sostenible. Cuando se publique esta entrevista, estará de vuelta de un viaje al Mar de los Sargazos, donde lleva a cabo una investigación sobre microplásticos.
Greenpeace comenzó en julio su expedición por el Mar de los Sargazos, en pleno Triángulo de las Bermudas, para estudiar el impacto de los plásticos y microplásticos en la vida marina y documentar la relevancia de proteger este singular ecosistema a través de un nuevo Tratado Global de los Océanos, que se está negociando actualmente en la ONU. Se trata del tercer tramo de la expedición “De Polo a Polo”, la más ambiciosa de la historia de Greenpeace, cuyo objetivo es documentar las principales amenazas a las que se enfrentan las aguas internacionales. Celia Ojeda respondió por email a estas preguntas mientras se encontraba en el trayecto a la expedición.
-¿Cómo afectan los microplásticos a la vida en los océanos?
-Los microplásticos llegan a los océanos de diferentes maneras. A veces son microesferas que están en los detergentes o las pastas de dientes o algunos cosméticos. Pero en su mayoría proceden de grandes trozos de plástico que se han ido degradando por la acción física de las olas, y la acción química del sol y la salinidad, convirtiéndose en pequeños fragmentos imperceptibles a primera vista. La presencia de restos de plásticos en el medio marino es un problema mundial reconocido y la ingesta de microplásticos por los organismos marinos está muy generalizada, sin embargo hay que añadir que los plásticos de un solo uso llevan con nosotros unos 30 años, pero en los últimos 15 han sufrido una gran expansión. Esto hace que no existan muchos estudios científicos y que poco se sepa de la migración de componentes químicos que llevan los plásticos a la cadena trófica. Sin embargo, hay estudios que señalan que, al menos, 170 especies de vertebrados e invertebrados marinos ingieren restos antrópicos (que no tienen origen natural sino que provienen de objetos fabricados por el ser humano) (Vegter et al., 2014). Tras análisis científicos se identificaron los siguientes polímeros en el tejido de los organismos marinos: polipropileno, polietileno, resina alquídica (se emplea en la pintura y otros revestimientos), rayón, poliéster, nylon y acrílico, poliamida, poliestireno, tereftalato de polietileno (PET) y poliuretano (Neves et al., 2015; Rummel et al., 2016). La gran mayoría, plásticos. Como ejemplo, pongamos el de un grupo de investigación con base en Estados Unidos que analizó los peces salvajes capturados para ser vendidos en el mercado para consumo humano en dos zonas geográficas distintas: Makassar (Indonesia) y California (Estados Unidos). Según el estudio el 28% del pescado capturado en aguas indonesias y el 25% del pescado capturado en aguas estadounidenses contenían residuos antrópicos. Todos los residuos encontrados en el pescado indonesio eran de plástico, mientras que los residuos del pescado estadounidense eran principalmente fibras (no se analizaron, por lo que se desconoce si eran plástico o algodón) (Rochman et al., 2015).
-Los peces confunden estos plásticos con alimentos, ¿verdad?
-Sí. En la vida marina los microplásticos afectan a las especies ya que estas los confunden con alimentos. Igual que hemos oído hablar del estómago de las ballenas con plásticos, hay muchos animales marinos, como los mejillones, los peces, las tortugas, entre otros… que se alimentan o anidan y desovan en zonas con microplásticos. Está comprobado que las larvas de pescado confunden los microplásticos con alimento. Una vez que un pequeño organismo marino ha ingerido partículas plásticas puede transferirlas en parte o en su totalidad a la cadena alimenticia. En un estudio de campo donde se recolectaron peces que se alimentaron de plancton procedente del Pacífico norte, se observó que el 35% del pescado recolectado contenía fragmentos de plástico. Los peces que se alimentan de plancton suelen ser el alimento de otros peces de la cadena alimenticia: por tanto, la contaminación por plásticos puede afectar a depredadores como el atún o calamar que se alimentan de peces más pequeños (Boerger et al., 2010). Más información aquí: https://archivo-es.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/plasticos/Plasticos_en_el_pescado_y_el_mariscoLR.pdf
SOSPECHAS
-¿Estos microplásticos también nos afectan a nosotros cuando comemos pescado?
-Como decía anteriormente, el aumento de los plásticos de un solo uso ha sido tan rápido que aún no existen suficientes estudios científicos que pueden concretar cosas. Sin embargo, se sospecha que los compuestos tóxicos con los que están hechos los plásticos, al entrar en la cadena trófica, nos están afectando, lo que no está aún definido es cómo. Sabemos que muchos tipos y usos de plástico tienen aditivos tóxicos, simplemente no sabemos cuál es el impacto de eso. También hay posibles problemas de salud al comienzo de la vida del plástico, ya que la extracción de combustibles fósiles y la producción de plástico pueden liberar químicos tóxicos y contaminación del aire. Pero no solo hay plásticos en el pescado, de hecho más del 90% de las marcas de sal muestreadas a nivel mundial contienen microplásticos (https://es.greenpeace.org/es/sala-de-prensa/comunicados/mas-del-90-de-las-marcas-de-sal-que-comemos-contienen-microplasticos/).
-¿Cuáles son las zonas del planeta más afectadas?
-Todas. Los océanos están en peligro y necesitamos protegerlos. Las corrientes marinas distribuyen los plásticos por todos los océanos por lo que zonas donde las corrientes son muy fuertes, como el Pacífico, o el Mar de los Sargazos, son zonas muy afectadas. Pero el Mediterráneo también tiene una gran cantidad de microplásticos. Con una pieza cada cuatro metros cuadrados, el Mediterráneo tiene una densidad de plásticos comparable a las tristemente famosas “islas de plástico” del Pacífico. Del 21% al 54% de todos los fragmentos de microplásticos en el mundo se encuentran en la cuenca mediterránea.
LOS MÁS AFECTADOS
-¿A qué especies perjudican más los microplásticos?
-Pues a todas en general, pero sobre todo a las más vulnerables como juveniles, larvas o organismos filtradores. Por ejemplo, en las Bermudas las especies más afectadas son la anguila, que está en peligro de extinción, y los ejemplares más juveniles de tortugas marinas.
-¿Qué se está haciendo para mitigar este problema?
-Pues aunque políticamente parece que se dan pasos como la Directiva Europea de Plásticos de un solo uso, no dejan de ser pasos insuficientes. Las coorporaciones, los gobiernos y los supermercados deben aunar esfuerzos y cambiar el modelo de consumo que nos ha llevado a usar y por tanto producir tantos plásticos. Y no solo eso, el modelo se ha basado en el reciclaje, un sistema de gestión que ha tocado techo, y que necesitamos cambiar por una gestión que se base en la reutilización y el retorno. Debemos de acabar con la cultura del “usar y tirar” y los plásticos son el ejemplo más evidente.
CIUDADANOS
-¿Qué pueden hacer los ciudadanos responsables?
-Los ciudadanos y las ciudadanas responsables y no responsables deben de tomar conciencia de que necesitamos cambiar nuestro modelo de consumo y eliminar de manera progresiva los plásticos de un solo uso de nuestro día a día. Lo ideal es empezar poco a poco, evitando las botellas, las bolsas de plástico, las pajitas, las cucharillas… cualquiera de estas cosas hoy en día tienen alternativa. Por ejemplo una botella/cantimplora, no usar pajitas, cambiar a cubertería de metal, llevar tu bolsa de frutas y verduras al supermercado y por supuesto llevar bolsas para la compra.
-¿Qué esperáis encontrar en el Mar de los Sargazos, en el Triángulo de las Bermudas?
-Esperamos encontrar grandes manchas o aglomeraciones de sargazo, un alga que genera un hábitat que protege a diferentes especies. En este hábitat esperamos encontrar tortugas, atunes, cangrejos, camarones, y diferentes peces de esta zona del Atlántico. Además, lamentablemente esperamos encontrar microplásticos. Esta zona del mar, el Triángulo de las Bermudas, está bañada por tres corrientes y por tanto es rica en nutrientes pero también estas corrientes traen otras cosas, entre ellas plásticos. Hoy en día se pueden encontrar microplásticos desde el Ártico a la Antártida, y también los hay en el Mar de los Sargazos.
OCÉANOS EN PELIGRO
-¿Los océanos están sentenciados a muerte por los plásticos y el calentamiento global?
-No están sentenciados a muerte, pero sí están en peligro. Los océanos suponen el 70% de la superficie terrestre, y son la base de la vida en nuestro planeta. Sin unos océanos sanos, nos enfrentamos a efectos catastróficos en la biodiversidad y el clima de la Tierra. Y sin embargo, la gran mayoría de su superficie está desprotegida, dejando los océanos expuestos a la peligrosa minería en fondos marinos, la sobrepesca y la omnipresente contaminación por plásticos. Solo un 3% de la superficie de nuestros océanos está protegida. Gobiernos de todo el mundo están trabajando en un Tratado Global de los Océanos. Si lo hacen bien, abrirán la puerta a una gran red de santuarios marinos que podrían proteger una tercera parte de los mares del planeta. Necesitamos que el 30% de los oceános estén protegidos para 2030.
-¿Hemos llegado a un punto de no retorno?
-Aún no, pero estamos cerca. Los océanos están sobreexplotados por diferentes amenazas: la pesca industrial, la contaminación por plásticos de un solo uso, la contaminación por aguas residuales y vertidos, la minería, la extracción de petróleo, el cambio climático… Sin embargo son muy importantes para la vida en el planeta. Hay esperanza y por esto estamos pidiendo un Tratado de los Océanos, donde se proteja el 30% de las aguas internacionales para 2030 a través de la creación de Santuarios Marinos. El mundo necesita un tratado sólido que cuente con las herramientas suficientes para crear áreas marinas totalmente protegidas, libres de la actividad humana más dañina. La ciencia es clara: necesitamos una red de estos santuarios marinos que cubran al menos un tercio de los océanos del mundo para 2030 si queremos defender la biodiversidad, ayudar en la lucha contra el cambio climático y proporcionar seguridad alimentaria a miles de millones de personas. Nuestro destino y el destino de los océanos están íntimamente relacionados.
UNA PLAYA DE PELLETS
-¿Cuál es la imagen que más te ha impactado que tenga que ver con plásticos y océanos, tanto en lo negativo como en lo positivo?
-Una playa en el Mediterráneo anegada de bolitas de pellets de microplásticos tras un temporal de verano. Paseé por la playa y solo veía trocitos blancos y transparentes de microplásticos y palitos de los oídos. Todos habían venido tras el temporal. Los marineros dicen que los temporales enseñan la verdadera cara del mar, y ahí estaba, lo que el mar nos había devuelto.