Joaquín es un clásico de BioCultura y un gran pionero de la literatura de Naturaleza. No podía faltar en este monográfico. Tiene un currículo tan extenso que no sabríamos por dónde empezar. Es periodista, documentalista, plantador de árboles, horticultor y veinte mil cosas más. Pero creemos que, sobre todo, es poeta. Para él, “poesía y Natura resultan prácticamente equivalentes. La vivacidad y sus manifestaciones me han inspirado la inmensa mayor parte de lo que he escrito. Hasta he llegado a afirmar que de lo palpitante, de los bosques y sus inquilinos, del agua y sus destrezas, solo se debería escribir poéticamente. La prosa no deja de ser una forma de contaminación mental”.
Charlar con Joaquín o participar con él en un debate siempre es un deleite. Su palabra es sabia y serena. Hemos coincidido muchas veces, y en todas ellas uno sale habiendo aprendido algo de lo que no tenía ni idea…
LOS ORÍGENES
-¿Cómo empezó en ti el cosquilleo de la ecología?
-Casi desde siempre. Con cinco años pedía aperos de labranza para jugar a cultivar la tierra. Me fascinaron desde niño los temas de Naturaleza. Mis primeros cuadernos caligrafiados tenían a los animales como protagonistas. Luego, ya de joven, enseguida pasé a considerar que lo más progresista y sensato era la ecología activa. En 1968 me apunté a los pocos grupos que entonces existían. En fin, desde casi siempre y hasta siempre.
-¿A qué crees que se debe que la literatura de Naturaleza se haya convertido en algo tan mediático en los últimos dos o tres años?
-Es una tabla de náufragos. Un refugio para los que comprenden que se está vaciando el mundo, que se acaba la vida que le daba sentido. Hace 50 años, cuando comencé mi activismo ecológico y mis tareas de escritor de la Natura, había el doble de vida salvaje que ahora. Pensemos que la Humanidad es cada día más urbana, más dócil, más encerrada en humos, ruidos y cementerios de cemento. Los animales, las plantas, los paisajes no derrotados, aunque solo sea a través de su representación simbólica en los libros, aportan un soplo de aire fresco en nuestra vida. Esperemos no estar ante otra moda pasajera porque considero esencial leer. Si cabe, todavía, una reciprocidad es a través de un aumento de la cultura más culta, que es la que cuida de todo sin excepción y por supuesto de una mayor vinculación con lo no humano.
PIONERO
-Tú has sido un pionero en España… ¿Crees que tú y otros habéis enseñado al público a mirar la Naturaleza con otros ojos que no son los materialistas?
-Al menos lo hemos intentado. Aunque he podido hacer decenas de libros de casi exclusiva divulgación nunca han faltado en ellos cientos de llamamientos a la conservación de la belleza en libertad que nos queda. He tenido la suerte de escribir también muchos ensayos, artículos, de prensa y revistas, y poesía con la intención de fundamentar otro pensamiento básico en las personas, el ecológico. Sobre todo en mi “Placer de contemplar” despliego todas las emociones que he sentido al emboscarme, al dedicar una parte esencial y dilatada de mi vida a mirar, precisamente con los ojos del enamorado y no con los del azacanado consumidor, el mundo más natural que nos queda en esta península y otros lugares del mundo. A través de la Belleza dada, anterior y más completa que la belleza creada por nosotros, he consolidado mi pacto de asistencia mutua con los aires, las aguas y los bosques. A través de mi condición de campesino, que me ha permitido escribir también dos libros sobre agricultura ecológica, he tratado de incrementar el número de practicantes y consumidores de la misma. En fin, aunque resulta imposible medir el impacto de estas contribuciones, cabe sentirse satisfecho de haberlas puesto a disposición de todos. No menos por lo de coherencia personal que representan. Porque poco, o nada, más atalantador que el hecho de que prácticas y opiniones, que fondo y forma coincidan, es decir que lo propuesto haya sido realizado y comprobado, que divulgues lo que has hecho y sentido.
-¿Estás al tanto de los nuevos autores que va dando esta escuela? Recomiéndanos algún autor/libro que te haya impresionado…
-Desde luego. Entre los más admirados están Raúl de Tapia y su “Herbario sonoro”; José Luis Gallego y su “Disfrutar en la Naturaleza” en Alianza; María Sánchez y su “ Cuaderno de Campo” en La Bella Varsovia; Jorge Riechman y su millón de libros en Icaria; Juan Goñi y su “El bosque que llevo dentro”, de Tundra; Víctor Hernández, con varios títulos (es el editor con más títulos puestos en el mercado a través de la editorial Tundra); Santiago Beruete y su “Verdolatría”, en Turner; Antonio Machado, que, con tener el inolvidable nombre, es un gran biólogo canario que acaba de publicar “Catorce días”, en Caligrama. Sin olvidar toda la obra de Fermín Herrero, Antonio Colinas, Eduardo Martínez de Pisón, Manolo Rivas… Por poner algunos ejemplos que mejor conozco, pero conviene destacar que siempre hay muchos más, siempre injustamente olvidados y/o trágicamente desconocidos.
POESÍA ERES TÚ
-¿La poesía sería la quintaesencia de todo este movimiento y la más minimalista?
-Estoy convencido de que la poesía es el verdadero lenguaje de la Natura. Quien no se expresa poéticamente no ha tenido la suerte de escuchar suficientemente a la vida espontánea, ni al paisaje y sus elementos. Si no entrañas los exteriores te has perdido uno de los mejores regalos de la Vida. He escrito todo un capítulo de un libro que he llamado “77 semejanzas entre la Natura y la Poesía”.
Es decir que para mí son la misma realidad. Reconozco que lo palpitante expresa mis impresiones. Que somos lo que miramos, y esto es un tema anciano de la poesía y de la filosofía. Que la mejor definición de poesía es la más corta. Nos la regaló Federico García Lorca escribiendo que “poeta es árbol”. O la de William Carlos William con esta frase: “El poeta es Natura y obra como Ella”. La Natura, insisto, logra la Belleza que los poetas intentamos.
-¿Crees que la gente es consciente del desastre que se avecina si nuestra sociedad no cambia de rumbo?
-No lo suficiente. A lo largo de los últimos 50 años -que son los que llevo dedicados a escribir, plantar árboles, defender la Natura y querer concienciar a todos los posibles- he comprobado un lento pero continuo incremento del conocimiento, la información y el compromiso. Pero todavía gana de forma aplastante la comodidad y la delegación de toda responsabilidad hacia el futuro. Los indicadores marcan ya demasiada proximidad al punto de no retorno, de no reparación. Creo que estamos todavía a tiempo, pero esta idea también está seriamente amenazada y más desde que el panorama del poder político real está virando cada vez más a planteamientos no democráticos, supremacistas y xenófobos. En Brasil, por ejemplo, ya se nota un incremento del daño a las selvas, sus inquilinos humanos y a las mujeres. Ciertamente; o cambiamos el estilo de vida o viviremos con poca vida y sin ningún estilo.
LA COMODIDAD
-La vida silvestre va menguando mientras crecen las autopistas, los aeropuertos, las metrópolis… ¿Y todo para una vida más cómoda?
-Sin duda. La sociedad consiente toda destrucción a bordo de su incremento de comodidad. Nada tan perverso como asociar el progreso a la disminución o supresión de los esfuerzos personales. Nada hay más poderoso y más dañino en el Universo que la comodidad. Si pudiéramos calcular todo lo que ha sido robado, herido, muerto y borrado para siempre de los escenarios de la vida en nombre de la comodidad quedaríamos no solo aterrados. Es la tragedia esencial. Y todavía más tragedia que seamos tan pocos los que consideramos a este proceso de demolición como una tragedia.
-¿Nos puedes hablar de tu “guarida del lobo” y de tu actividad de reforestación?
-En medio de todo lo comentado puedo afirmar –y pido disculpas– que he tenido la suerte de vivir algo más de la mitad de mi vida sin poder alguno a la vista. He conseguido ver unos cinco mil amaneceres y seis mil ocasos. Todo ello en directo y sin obra alguna del hombre ante mis ojos. Vivo en un bosque. Soy un emboscado que además planta árboles. En concreto tantos como días he vivido, unos 25.000. Son 41 años plantando. Primero a un ritmo de mil anuales y desde hace cuatro solo la mitad, 500 por temporada. Es un placer y no supone proeza alguna. También cultivo, desde hace el mismo tiempo, mis propios alimentos y pocos regalos superan al de ver crecer lo que te deja crecer, escuchar a los manantiales y las aves, ver el paso del tiempo sobre la piel del mundo, leer el lenguaje de las luces no eléctricas y sus colores, acostarse con silencios y despertarse con coros de aves, pasear por entre las sombras que sembraste… Todo eso que le deseas a todos y para siempre. Que algunos lo hayamos conseguido demuestra que se puede alcanzar lo soñado.
UNO DE SUS MUCHOS LIBROS “Parques emocionales”
El libro que nos ocupa, un librito pequeño (lo grande no está en lo aparatoso), es un acercamiento diferente desde lo más profundo de nuestro ser, el alma de Araújo, un alma sensible, frágil, amatoria, a nuestros parques nacionales. Joaquín Araújo expresa con su poesía, delicada y profunda, cada vivencia y sensación que, poco a poco, le transmite su alma a través de la observación, del asombro, de la presencia, en estos parajes naturales. Nos hace también de guía emocional hacia lo más bello que esconde aún nuestra geografía. El libro además contiene una selección de los mejores espacios naturales y un manifiesto por los parques nacionales hasta ahora desconocido. Un libro escrito con el corazón desde el amor por aquello que nos salva. Muy recomendable para todos y, especialmente, para aquellos que quieren viajar a esos recónditos lugares donde la Naturaleza se manifiesta en todo su esplendor.
DATOS DEL LIBRO
Autor: Joaquín Araújo
Editorial: Tundra ediciones
Nº de páginas:126 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
PVP: 14 euros