“Vivir sin plástico” es una web donde encontrar consejos, información y experiencia para evitar el plástico desechable. El objetivo es que el ciudadano comprenda los problemas que causa el mal uso de este material. Patri y Fer, sus responsables, comprendieron que muchos de los problemas medioambientales y sociales de la actualidad estaban relacionados con nuestro estilo de vida. Quizá no vayan a cambiar el mundo, pero por lo menos no quieren contribuir a empeorarlo…
-Explicarnos cómo nació vuestra web
-En agosto del 2015 tomamos la decisión de intentar erradicar el plástico desechable de nuestras vidas. Para tomárnoslo en serio, y no abandonar a la primera dificultad, decidimos abrir un blog y contar en él nuestra experiencia. Así empezamos a publicar una foto cada domingo de todos los plásticos que desechábamos cada semana. No nos imaginamos que tendría tan buena acogida porque… ¿quién querría ver la basura de dos tarados como nosotros? Pero nos dimos cuenta de que había mucha más personas con nuestras mismas inquietudes de la que nosotros pensábamos. Esto nos animó a continuar y poco a poco empezamos a compartir todo lo que íbamos aprendiendo en nuestra experiencia de una vida sin plástico. Sin pretenderlo, con el paso de los años se convirtió en una web de referencia. En ella se puede encontrar un poco de todo: motivación, alternativas, consejos, experimentos, reflexiones, estudios… El objetivo es concienciar al mayor número de personas posibles sobre los problemas que está causando el uso absurdo que hacemos del plástico y que comprendan que reducir el uso del plástico en nuestra vida es algo más sencillo de lo que a simple vista parece.
EL LIBRO
-¿Y vuestro libro? ¿Cómo se puede encontrar?
-Tras unos años evitando el plástico la editorial Zenith nos contactó para que escribiéramos un libro contando la historia de este material, el peligro que está causando su consumo desmesurado y dando consejos y alternativas para ayudar a otras personas a evitar, o reducir, el uso de plástico desechable. Aunque los problemas que está causando el plástico son muy serios, intentamos no ser muy dramáticos y centrarnos en todo lo que podemos hacer. La verdad que estamos muy contentos: está teniendo muy buena acogida. Se puede encontrar en cualquier librería y plataformas online.
-¿Cuándo decidisteis vivir sin plástico?
-En agosto del 2015. Siempre nos hemos considerado personas con inquietudes medioambientales, pero durante mucho tiempo nos habíamos dejado llevar por el ritmo de consumo de la sociedad actual y estábamos generando más basura de lo que nos hubiera gustado. Sobre todo nos sentíamos fatal al desechar tantos plásticos, y ponerlos en el contenedor de reciclaje no nos hacía sentir mejor. Muchas veces imaginábamos la cantidad de residuos que una persona puede generar a lo largo de su vida y nos preguntábamos dónde acabaría todo eso. Sin ser muy conscientes de ello esto nos remordía por dentro. Investigando en internet descubrimos a personas de otros países que vivían sin generar nada de basura y nos dio una envidia tremenda. Pensamos en intentar hacer lo mismo pero, como era un proyecto demasiado ambicioso, decidimos centrarnos en el plástico, que era el desecho que más nos molestaba.
LO MÁS COMPLICADO
-¿Lo más complicado para evitar el plástico?
-En realidad lo difícil es abrir los ojos y comprender que lo que esta sociedad considera “normal” es un sinsentido. No es normal utilizar un material no biodegradable, de difícil reciclaje y que va a perdurar siglos en el planeta para producir productos desechables que van a tener una vida útil de unos pocos minutos. Al principio nos resultó difícil romper con nuestra rutina de compra y crear una nueva. Después de años comprando de la misma forma seguíamos acudiendo a los mismos establecimientos sin darnos cuenta de que en muchas ocasiones no tenían opciones para comprar sin envasar. Tuvimos que salir de estos comercios, redescubrir nuestro barrio (que fue de lo más entretenido) y buscar tiendas donde poder comprar a granel. Esto nos llevó un tiempo pero una vez que adquirimos el nuevo hábito todo se simplificó. También fue complicado el día a día fuera de casa, en situaciones sociales: a veces tienes que dar explicaciones de por qué lo haces y esto puede resultar más cansado. Somos bastante tímidos y muchas veces no nos apetecía dar explicaciones, sobre todo cuando estás con personas que no conoces, o grupos grandes. La verdad es que esto de vez en cuando nos sigue ocurriendo.
-¿Dónde habéis encontrado plástico que nunca lo hubierais imaginado? ¿En las bolsitas de té convencionales?
-La mayoría de las bolsas de té, que parecen completamente de papel, también llevan plástico en su composición, entre un 20% o un 30%. Esto lo hacen para dar más consistencia a las bolsas y que no se descompongan en el agua, y también para sellarlas más fácilmente con calor. Y no hay forma de saber cuáles tienen plástico: no tienen por qué indicarlo en el envase. Muchos de los vasos desechables de café para llevar también tienen una capa de plástico en el interior para hacerlos resistentes al agua. Es una capa muy fina, pero dificulta mucho el reciclaje del producto, ya que hay que separar el papel del plástico y esto es muy costoso y complicado. En un principio no sabíamos que algunos cosméticos llevan micropartículas de plástico en su composición. Tienen un tamaño muy pequeño, normalmente entre 0.004 mm. y 1.24 mm., y los puedes encontrar en algunos geles, cremas, limpiadores faciales, espumas de afeitar, protectores solares y hasta pastas de dientes que hay actualmente en el mercado. También hay plástico en la corteza de algunos quesos, en los chicles, en los recibos de la compra, en el interior de las latas de bebidas… El plástico se esconde en lugares que nunca nos habíamos imaginado.
PRESIÓN, PRESIÓN
-¿En qué medida, además de nuestras acciones cotidianas, es necesario presionar a la Administración? ¿Qué es lo más efectivo?
-Es necesario que todos nos pongamos manos a la obra, los gobiernos e instituciones, las empresas y los ciudadanos. Esto no se va a resolver si no ponemos todos de nuestra parte. Creemos que es muy importante meter presión. Igual que debemos de cambiar nuestras acciones, debemos exigir cambios a empresas e instituciones. No podemos pensar que van a venir por sí solos. Debemos entender que, en la mayoría de las ocasiones, los cambios no vienen de arriba a abajo, sino al revés, de abajo a arriba. Si los ciudadanos no solicitamos nunca llegan, o llegan demasiado tarde. Una legislación que regule el envasado y fabricación de ciertos productos podría conseguir mucho más que todas nuestras acciones individuales juntas, pero mientras conseguimos esto es importante que revisemos nuestra forma de consumir. Tampoco podemos justificar nuestros malos hábitos de consumo poniendo la responsabilidad en manos de otros.
-¿Vuestro amigos/as se sorprenden de vuestro activismo o lo comprenden?
-Cuando empezamos, la frase “¿Pero esto tampoco?” fue muy común entre nuestros familiares y amigos durante un tiempo. En un principio pensaban que con vivir sin plástico nos referíamos a dejar de utilizar bolsas, botellas de plástico y poco más. Además, cuando empezamos no había tanta información sobre el plástico como hay ahora y muchos desconocían los problemas que estaban causando. La gran mayoría de amigos lo comprende, o por lo menos lo respetan. Y la verdad es que todos, en mayor o menor medida, han realizado pequeños cambios en su estilo de vida para utilizar menos plástico, lo que nos ha sorprendido mucho. Eso sí, aunque a veces nos cueste, nunca damos la chapa. A nadie le gusta que nos digan cómo tenemos que hacer las cosas. En muchas ocasiones las acciones son más contagiosas que las palabras. Como dice José Martí: “Hacer es la mejor manera de decir”
LA INDUSTRIA
-¿Cómo responde la industria del plástico a vuestras misivas?
-El plástico es como Jano, el dios de las dos caras. La industria del plástico solo ve una de las caras, los buenos usos de este material en la construcción, el transporte, la tecnología o la medicina. Nadie niega las ventajas del buen uso del plástico, pero no son capaces de ver la otra cara: El 45% de la producción del plástico es para envases. Los océanos no están llenos de material de la construcción, ni de piezas de coches o de aviones, están llenos de plásticos desechables. El año pasado diversas entidades relacionadas con la industria del plástico lanzaron la campaña #NoCulpesAlPlástico, con un “decálogo de verdades y buenas prácticas”. Lo curioso es que en el punto 8 de este decálogo indican que “la solución a las basuras marinas está en tu comportamiento responsable”. En un pispás dieron con la solución a un problema tan grave y la pusieron en nuestras manos, la de los consumidores. Mientras tanto a estas alturas todavía se siguen poniendo en el mercado envases no reciclables, o de muy difícil reciclaje y la gran mayoría de las veces innecesarios.
-¿Alguna anécdota curiosa?
-Alguna vez la cosa se nos puede ir de las manos. En ocasiones que no puedes evitar “liarla”. Para no usar bolis de un sólo uso, tenemos plumas recargables… Y en el último viaje que hicimos en tren Patri se llevó un bote de tinta para poder recargarla, lo metió en el bolso sin mayor protección y cuando vio que empezaron a caerle gotas de tinta en el pie se dio cuenta de que se había abierto encharcando todo el bolso. En el baño del tren intentó limpiar un poco y en unos minutos parecía que acababa de pasar un tsunami de tinta por el lavabo: cristal, lavabo, encimera, paredes y suelo estaban azules. Pedimos una fregona pero el personal del tren no tenía utensilios de limpieza, así que finalmente tuvo que limpiarlo todo con papel higiénico (que agotó). Generar basura nunca está dentro de nuestros planes pero hay veces que no podemos evitarlo.
MÁS INFO
Web https://vivirsinplastico.com
Email: vivirsinplastico@gmail.com
Instargram: @vivirsinplastico
Facebok: @vivirsinplastico
Twitter: @vivirsinplastic