Hasta hace poco, la clase científica ha estudiado de qué manera la concepción por parte de mujeres de edad avanzada afecta a la salud del feto y/o del neonato. Sin embargo, se está estudiando también cómo afecta a la salud del ser concebido el hecho de que los espermatozoides procedan de un hombre de edad avanzada. Porque cada vez más son los varones los que retrasan la hora de ser padres. Creíamos que esto no representaba ningún peligro para el futuro ser. Ahora sabemos que sí.
El semen de muchos hombres está por los suelos. Sin capacidad para engendrar. La exposición a contaminantes químicos, especialmente a disruptores endocrinos, ha hecho que la fertilidad de los varones humanos (y no humanos) haya caído en picado en las últimas décadas. Las estadísticas son muy definitorias. Hemos leído en ivi.es: “La investigación liderada por la Dra. Ashley Tiegs examinó el recuento total de espermatozoides móviles (TMSC, por sus siglas en inglés) –parámetro más importante que predice la probabilidad de lograr un embarazo– de 119.982 hombres tratados en las clínicas que IVI tiene repartidas entre España y New Jersey, entre los años 2002 y 2017. Como conclusión, este estudio muestra que la proporción de hombres con riesgo de requerir un tratamiento de fertilidad ha aumentado notablemente en los últimos años, pasando de un 12,4% en 2004 a un 21,3% en 2017. Esto supone un crecimiento del 9% en poco más de una década, una evolución cuanto menos llamativa”. Algunos estudios son más alarmantes todavía, y el problema se agrava con la edad de cada hombre, pues significa más años de exposición a contaminantes y mayor deterioro del semen y de otras funciones vitales. Pero el asunto ya no es sólo si esos varones van a poder engendrar a edades maduras. Ahora, de lo que vamos a hablar, es de si es seguro para el feto y para el futuro bebé (y para la madre) ser descendiente de un padre de edad tardía…
PROBLEMAS TAMBIÉN PARA LOS HOMBRES MADUROS
Para muchas mujeres, la fecha límite para ser madres sin riesgos asociados se ha establecido en los 35 años. Pero para los hombres no se había establecido ninguna hasta hace muy poco. Se entendía que las mujeres podían tener complicaciones propias y para el bebé y/o el feto en una concepción tardía a partir de los 35 años. Se pensaba que el semen de los hombres de más de 40 años o más no afectaba a la salud del feto ni del neonato. Pero ahora las cosas han cambiado. Un estudio de la Universidad de Rutgers, publicado en la revista “Maturitas”, especializada en asuntos de salud post-reproductiva y de la etapa de la madurez, ha marcado la diferencia en este asunto. En el informe se revisaron datos de 40 años de investigaciones sobre los efectos de la edad de los padres en la fertilidad. Las conclusiones hablan por sí solas. Los bebés de padres mayores de 45 años tienen un riesgo más alto de nacer de parto prematuro, así como de obtener calificaciones más bajas en la puntuación de Apgar (realizada al bebé inmediatamente luego del parto, a fin de determinar su estado basándose en los gestos, el pulso y la respiración, entre otros factores). Suelen pesar menos al nacer. Algunos también padecen partos tardíos. Otros sufren diferentes tipos de patologías.
UN ASUNTO GRAVE
El asunto es grave. Más de lo que se creía. Este informe muestra que existe una correlación entre la esquizofrenia y el autismo y el hecho de nacer de padres mayores de 50 años. Otro estudio de la revista “Biological Psychiatry” ya había adelantado el asunto. También había predicho que los padres mayores de 50 años podían tener hijos con mayores riesgos de padecer enfermedades cardíacas congénitas y fisura palatina. El nuevo trabajo lo confirma.
En muchas ocasiones, los hombres mayores no tienen como parejas a chicas muy jóvenes, sino otras mujeres de edad avanzada. Por lo que la cosa se complica. Pero el caso es que, independientemente de la edad de la mujer, cuando la concepción se lleva a cabo con semen de hombres muy maduros, las futuras madres tienen mayor tendencia a sufrir diferentes tipos de complicaciones en el embarazo y el periodo posterior, como la diabetes gestacional o preeclampsia. “Aunque está documentado que los hijos de padres de edad avanzada tienen mayores posibilidades de ser diagnosticados con esquizofrenia –una en 141 para padres de 25 años o menores, contra una en 47 cuando los padres son mayores de 50 años-, aún no se sabe bien cuál es la razón”, ha dicho Gloria Bachmann, autora de la investigación de la facultad de Medicina de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.
EL FENÓMENO AVANZA
Desde la década de los 70, el porcentaje de nacimientos de padres de 40 años o más se ha duplicado en Estados Unidos y en 2015, según diversas estadísticas, ya representaban el 9% de los nacimientos. El fenómeno se da en todo el planeta. Hasta ahora, se creía que esto no entrañaba ningún tipo de riesgos. Ahora, las cifras y las gráficas nos muestran la realidad. “Clarín” publica, por ejemplo, que “un estudio de casi 400.000 hombres y mujeres nacidos en Israel en los años 80 encontró que, entre los padres mayores de 40, el riesgo de tener un hijo con autismo aumentaba a casi seis veces más. Otros estudios encontraron que los riesgos de leucemia infantil y cáncer de mama y de próstata eran elevados entre la descendencia de padres mayores”. Los datos son clarificadores. “Clarín” nos anuncia: “Los riesgos asociados con los padres mayores van más allá de los obvios en el nacimiento. Una revisión anterior de estudios publicada por Eisenberg y el Dr. Simon L. Conti, profesor adjunto de clínica urológica en Stanford, asoció la edad de los padres con un mayor riesgo de que los bebés nazcan con enfermedades congénitas, como el enanismo, o que desarrollen trastornos psiquiátricos como esquizofrenia y trastorno bipolar, y otros trastornos del desarrollo como el autismo”.
TABAQUISMO Y DROGAS
Para algunos especialistas, es importante que, de igual manera que hasta ahora se ha entendido que una mujer tiene que tener hábitos saludables antes y durante el embarazo para mantener su salud y la del feto y neonato, ahora ya es trascendente que los hombres también tengan decoro en sus hábitos para engendrar. Hombres muy maduros, con años y años de hábitos insanos como el tabaquismo y/o el consumo de alcohol y/u otras drogas, también pueden ser muy nocivos para el proceso de engendramiento. No ya sólo es que ese semen va a tener muy poca fuerza para engendrar, sino que, además, puede conllevar enfermedades en el feto y/o en el recién nacido. Si tienes más de 50, has bebido y fumado mucho, si has tomado drogas, si has estado expuesto a contaminantes químicos en tu puesto de trabajo o en tu lugar de residencia (todos hemos sido expuestos), piénsatelo. Puede haber riesgos importantes. En los planes de las parejas sobre su descendencia, cada vez habrá que tener más en cuenta la edad del padre, cosa que hasta ahora no había aparecido siquiera en las conversaciones. El hecho de que los padres hayan retrasado tanto su edad para procrear… tiene consecuencias.
INFORMACIÓN
Para la doctora Brown, hay que informar sobre estos riesgos a los posibles padres maduros. “Si se tienen hijos a edades avanzadas, hay que tener un organismo sano. Se trata de compensar lo de la edad avanzada de varias maneras, no solamente en tener un embarazo saludable, sino también en la prevención de enfermedades crónicas. Los médicos deben tener estas conversaciones con los hombres que quieren tener hijos a edades tardías”. Para la especialista: “Las parejas deben tener acceso completo a los riesgos y beneficios de tener hijos ahora o más adelante”.
“NATURE”
“La edad media de la paternidad ha venido aumentando desde 1970 en los países industrializados y, durante el mismo período, también ha habido un incremento del autismo, y es muy probable que parte de dicho aumento se deba a la edad cada vez mayor de los padres”, ha explicado a la BBC el autor de un estudio de la empresa islandesa Decode Genetics, que ha mostrado que la paternidad tardía puede afectar negativamente a los hijos, que tienen más riesgo de presentar mutaciones genéticas, según ha informado la revista “Nature”. Leemos en infosalus.com que “los hallazgos de esta investigación, sin embargo, no deben alarmar a los padres mayores, ya que la prevalencia de muchos de estos desórdenes en la población es muy pequeña…”. El problema radica en que cada vez son más y más los padres que conciben a edades tardías. Y, por si eso fuera poco, el asunto es que sus organismos han sido muy expuestos a todo tipo de sustancias químicas tóxicas peligrosas a través de la dieta o la contaminación durante cada vez más décadas. Lo que ahora es un problema latente podría ser mucho mayor en veinte o treinta años.
UN TEMA DESCONOCIDO
Las conclusiones de los diferentes estudios consultados son emblemáticas. Señalan que es importante que la información llegue a la sociedad y, especialmente, a los hombres maduros que están decididos a engendrar. Es importante que se conozcan los riesgos para evitar males mayores. Se recomienda la procreación antes de las edades de riesgo. Los autores de diferentes estudios llaman a los especialistas a hablar de estos temas con los hombres y no sólo con las mujeres. También los bancos de esperma deberían revisar a la baja la edad límite para los donantes. Se llama a superar los tabúes sobre estos temas en sociedades muy machistas aún. La lógica nos dice, a la luz de los resultados obtenidos en estos trabajos científicos, que intentar procrear a edades avanzadas es algo comprometido para hombres y mujeres. Conviene, en todo caso, si ya se ha tomado la determinación o no, cuidarse, tener hábitos sanos, comer ecológico y mucho en vegetal, hacer ejercicio, tener la mente despierta y no abotargada… Según Bachmann y otros investigadores, el hecho de que los hombres hayan retrasado su edad para la procreación entraña riesgos para la salud de los fetos y de los bebés, no sólo en el parto sino a lo largo de su vida. El semen “cansado” de hombres maduros tiene o puede tener deficiencias. “La disparidad entre las interpretaciones de la fertilidad de los hombres y de las mujeres, y del papel de cada cual en la reproducción, habla mucho en cuanto a nuestras presunciones sobre los roles de género, la reproducción y la planificación familiar”, se afirma en el primer estudio citado.
EVITANDO RIESGOS
O cuando es peor el remedio que la enfermedad
El exproductor de la CNN William Hudson tuvo que trabajar en 2014 sobre un estudio que alertaba sobre los posibles riesgos que entrañaba para fetos, neonatos y embarazadas… el hecho de que la mujer estuviera gestando con semen de un hombre mayor de 45 años. Los hallazgos de esa investigación motivaron a ese varón a tomar decisiones comprometidas. “Me tocó reportar sobre un gran estudio que salió en 2014, y pensé mucho al respecto, y unos meses después decidí almacenar mi propio esperma en un banco”. Para, en el futuro, poder “embarazar” a una hipotética pareja con semen congelado a una edad no peligrosa aún. “Guardé mi esperma porque quería tener la opción de usar esperma más joven más adelante en la vida”, señaló Hudson en su momento. Pero podría ser peor el remedio que la enfermedad. ¿Qué pasa con los bebés nacidos de fecundaciones in vitro? Se sabe poco al respecto Puede haber problemas en el futuro. Pero ¿qué pasa si un hombre decide tener un hijo a los 60 años, con semen congelado a los 40? Quizás el niño salga sano y robusto, pero le tocará bregar con un papá-abuelo cansado, sin energía y, aunque maduro, poco responsable en algunos casos, como hemos visto. En este sentido, ser padre a una edad muy avanzada puede tener ventajas pero también desventajas. No creo que a ningún niño le guste, en principio, tener un padre que podría ser, casi, su bisabuelo… en una sociedad normal. Aunque, es verdad que, todo hay que decirlo, conocemos casos de padres a edades muy avanzadas con hijos la mar de felices, educados y sanos. En cualquier caso, la polémica está servida. Eso sí, esos niños no tendrán abuelos/as… O tendrán padres y abuelos en una sola y misma persona.