Marcello Soi es farmacéutico, nutricionista y master en Psiconeuroinmunología. También es licenciado en Química y Tecnologías Farmacéuticas-Facultad de Farmacia por la Universidad de Cagliari (Italia). Tiene el Grado Universitario en Nutrición Humana y Dietética (Uvic-Universidad de Vic). También el master en Psiconeuroinmunoendocrinología (Universidad de Barcelona). Nos dice: “Soy italiano y vivo en Barcelona desde hace más de 20 años. Farmacéutico de formación e hijo de médico, llevo en el ADN la vocación de ayudar y entender a la gente. Pero la nutrición y la PNIE llegaron de repente. Gracias a la PNIE (psico-neuro-inmuno-endocrinología) pude resolver un problema de migrañas que arrastraba desde la adolescencia y eso me llevó a dar un paso nuevo en mi carrera profesional y entrar dentro del mundo de la nutrición y de la medicina integrativa. Me considero una persona activa, flexitariana, solar, positiva y empática. Actualmente formo parte del equipo de terapeutas del prestigioso Institut Xevi Verdaguer. Dedico el resto del tiempo a estudiar y la divulgación, otras pasiones que tengo”. Es autor del libro “Apagáte insomnio” y estará en BioCultura Madrid dando una ponencia sobre cómo solucionar los problemas de insomnio.
-¿Cuáles son las principales razones por las que dormimos tan mal?
-El descanso es una parte fundamental de nuestra rutina diaria al cual dedicamos aproximadamente un tercio de nuestra vida. Es importante recordar que el descanso es uno de los pilares de una buena salud y, a menudo, no le damos la suficiente importancia y casi nunca es motivo de consulta. Un sueño de calidad es tan esencial para la supervivencia como la comida y el agua. Si no dormimos lo suficiente, más tarde o más temprano… el cuerpo y la mente no funcionarán como lo deben hacer y se resentirán. Es por ello que gran parte de los problemas de salud que padecemos están relacionados directamente con la falta de sueño. La alteración del sueño guarda una estrecha relación con la salud y aumenta el riesgo de infecciones, de enfermedades cardiovasculares, de obesidad, de problemas de fertilidad, de enfermedades degenerativas como el Alzhéimer, de problemas metabólicos como la diabetes, de ansiedad o de depresión.
SOLUCIONES
-¿Cuáles son las soluciones que tú propones a esas razones generales?
-Como explico en mi libro “Apágate insomnio”, para resolver los problemas de descanso, lo primero es conocer el origen del problema. Es importante entender qué está pasando en nuestro organismo para poder poner remedio y no solo parches a través de medicamentos o suplementación. En general creo que los cuatro grandes pilares de un buen descanso son la alimentación, los hábitos de vida, el control del estrés y la salud intestinal. Si sufres de problemas para dormir, es muy posible que el insomnio comience a acarrearte muchos problemas de salud tanto a corto como a largo plazo. Mi propuesta para el insomnio va mucho más allá de un remedio, porque propongo, además de una búsqueda de la raíz del problema, unos cambios de hábitos de vida que te permitan dar un gran paso en la dirección correcta y recuperar tu descanso y tu salud.
ALIMENTOS QUE ENFERMAN
-¿Por qué algunos alimentos nos pueden enfermar?
-Las dietas poco saludables a menudo contienen proporciones muy altas de grasas saturadas y azúcares y una cantidad muy baja de fibra dietética. Alimentarse a base de comida ultraprocesada, rica de harinas refinadas, grasas saturadas, sal, azúcar y conservantes es el primer paso para que tu intestino comience a sufrir problemas como la disbiosis (un desequilibrio permanente de la flora intestinal) y se altere el famoso eje intestino-cerebro, esa vía de comunicación bidireccional donde el intestino habla constantemente con el sistema nervioso central regulando nuestro estado de ánimo. Muchos estudios epidemiológicos han demostrado que las dietas con mayor contenido de azúcar deterioran el descanso. Además, en un nuevo estudio de este año publicado en la revista Obesity, investigadores de la Universidad de Uppsala demostraron cómo la comida basura afecta el sueño. Los participantes sanos consumieron una dieta más saludable y no saludable en un orden aleatorio. Después de una dieta poco saludable, la calidad del sueño profundo de los participantes se había deteriorado, en comparación con aquellos que habían seguido una dieta más saludable.
VIVIR MENOS
-¿La gente que duerme mal… vivirá menos?
-Según un reciente estudio americano, dormir bien puede desempeñar un papel importante en la salud del corazón y en la salud en general, y tal vez incluso en la longevidad. El estudio encontró que los jóvenes que tienen hábitos de sueño beneficiosos tienen cada vez menos probabilidades de morir prematuramente. Además, los datos sugieren que alrededor del 8% de las muertes por cualquier causa podrían atribuirse a patrones deficientes de sueño. Si las personas, desde muy jóvenes, empiezan a tener una buena higiene del sueño (hábitos saludables de descanso) se beneficia enormemente la salud general a largo plazo.
UN PROBLEMA QUE VA EN AUMENTO
-¿Podríamos decir que el insomnio es una “enfermedad de la civilización”, aunque ya existiera antes?
-Es cierto: es un problema que va en aumento en la sociedad moderna. La mayoría de nosotros comienza la jornada laboral cuando todavía no ha salido el sol. Nos marchamos de casa muy pronto por la mañana y trabajamos en oficinas, centros médicos, fábricas y siempre con iluminación artificial. Luego, cuando volvemos a casa, ya es de noche, nos preparamos una cena rápida, contestamos algunos correos electrónicos y acabamos jugando con el móvil o viendo la tele. El hecho de trabajar durante nuestra jornada laboral con luz artificial y pasar tantas horas frente a la luz azul de las pantallas de móviles, ordenadores y tablets provoca un bloqueo de la melatonina, la hormona del sueño y, por tanto, hace mucho más difícil que nos quedemos dormidos, generando una disrupción del sueño.
CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS
-¿Pueden los campos magnéticos tener algo que ver con la pandemia de insomnio?
-Los campos electromagnéticos de las redes wifi son un enemigo invisible presente en cualquiera de nuestros hogares, de nuestros lugares de trabajo y de nuestros gimnasios. La exposición a los campos electromágneticos puede provocar un aumento de los radicales libres que daña nuestras células, así como aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, ansiedad, irritabilidad, agresividad, pérdida de deseo sexual, depresión o insomnio. Los campos electromagnéticos de las antenas y de las líneas eléctricas afectan a la melatonina y a los ritmos circadianos, por lo que las emisiones de la radiación de los teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos son una causa probable de la alteración del sueño. Los campos electromagnéticos afectan a hombres y animales. Hay estudios donde se registra una disminución en la producción de leche de las vacas cuya granja se encuentra cerca de un campo electromagnético. Incluso hay estudios en aves que revelan que, si una cigüeña construye su nido en el techo de tu casa, tu casa está libre de campos magnéticos.
UN MAPA DEL SUEÑO
-¿Tenemos un mapa del mundo en el que haya menos insomnes?
-El estrés mental y emocional crónico se ha convertido en la norma, y nuestra sociedad está obsesionada con la conexión tecnológica. Además, nuestra comida, agua, aire y suelo han sido contaminados por microplástico, por químicos y metales tóxicos y nuestra atmósfera está cubierta de radiación electromagnética. Todos estos factores contribuyen a enfermarnos y literalmente nos quitan el sueño. Pero, dentro de este panorama desolador, conocemos en el mundo las 5 “blue zones”, las 5 regiones geográficas que albergan a algunas de las personas más ancianas y saludables del mundo. Los habitantes de Ikaria en Grecia y de Cerdeña en Italia, gracias a su estilo de vida y a la dieta mediterránea, no solo están sanos, sino que también son mentalmente agudos hasta el final de la vida. En Cerdeña hay 14 pueblos de la isla que tienen la mayor concentración de hombres centenarios del mundo y donde la esperanza de vida es igual en hombre que en mujeres. En Loma Linda, en California, vive una comunidad con una gran concentración de adventistas del séptimo día que incluye la práctica del deporte en su filosofía de vida y eso le permite envejecer de una forma saludable. La península de Nicoya en Costa Rica tiene la tasa más baja de mortalidad del mundo y en la isla de Okinawa en Japón consumen una dieta basada en plantas y tienen fuertes redes sociales. Los habitantes de Okinawa no tienen una palabra en su idioma para la jubilación y que se mantienen activos hasta la vejez.
Pedro Burruezo
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