Pedro Ródenas es médico naturista, ya jubilado, uno de los miembros fundadores de la revista “Integral” (1978), de la revista profesional “Natura Medicatrix” (1982-2003), y de la consulta “Integral, centre mèdic i de salut” (1985) (hoy, “Integral, Cooperativa de salut”). Ha sido presidente de la sección Colegial de Médicos Naturistas del COMB (1998-2015) y ha formado parte de la organización y dirección de varios másteres y postgrados de medicina naturista dirigidos a profesionales de la salud. Como divulgador ha publicado libros y artículos en revistas especializadas en salud. Pedro Burruezo charló con él recientemente y repasan juntos la historia de BioCultura (que cumple 40 años en Madrid: Del 21 al 24 de noviembre en Ifema), de las medicinas complementarias en nuestro país y de la lucha por una medicina más próxima a la salud y al ser humano que a los intereses de la industria alopática.
Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano, respétalo, estúdialo y concédele sus derechos…
Henri Frédéric Amiel, filósofo
-¿En qué medida crees que BioCultura, desde sus inicios en Madrid, ha contribuido a expandir una visión más natural y holística de la medicina en la sociedad española?
-Es una evidencia que BioCultura, feria que nació como un espacio de difusión de las iniciativas relacionadas con la salud y el medio ambiente, desde su inicio… ha mostrado a los visitantes de sus estands los diferentes proyectos e iniciativas artesanales y empresariales del nuevo paradigma en que la persona no es ajena a su entorno. También ha transmitido conocimientos y consejos a través de sus conferencias y talleres.Entre esos estands y actividades siempre ha habido un lugar para escuelas de formación y centros de terapias y de salud que durante estos 40 años han dado a conocer su trabajo y su visión más integral u holística de la persona, de la enfermedad y de diferentes formas de recuperar la salud.Por tanto, es obvio que BioCultura ha contribuido a crear una población más empoderada respecto a su salud, con más conocimiento de hábitos saludables, y más sensible e informada a la hora de tomar decisiones respecto a los diferentes tratamientos que puede recibir, pudiendo valorar con más criterio beneficios y riesgos de cada opción terapéutica.
LA LUCHA CONTINÚA
-¿Por qué crees que todo aquello que rodea a BioCultura todavía tiene que ser reivindicado, 40 años después, en una sociedad en la que todo es posible… todo, menos la armonía y la vida natural?
–Creo que influye el que estamos instalados en la cultura del mínimo esfuerzo, en la que esperamos que los demás decidan por nosotros. Porque hemos estudiado de forma acrítica, donde se ha premiado más repetir lo más exactamente posible la lección que estudiamos en lugar de aprender a razonar y cuestionar la información que recibimos. El paradigma imperante nos adoctrina en la escuela y con el control de los medios de comunicación, y cuesta agrietarlo. La armonía y la vida natural favorecen la autogestión, el autocuidado y el cuidado del entorno, y por tanto no alimenta el pensamiento único que necesita sumisión y aceptación y prioriza los intereses económicos a la supervivencia del planeta que nos da y mantiene la vida. El sistema busca la permanente dependencia de la sociedad a su poder y persigue todo aquello que la cuestiona. La reivindicación es necesaria y la rebelión en defensa de la vida en general es una obligación.
CAMBIOS POSITIVOS
-¿Qué dirías que más ha cambiado (positivamente) en la sociedad española en estos 40 años con respecto a la salud natural?
–Actualmente hay más información, de más fácil acceso gracias a internet, y por tanto mucha más población interesada en mejorar su salud.Además, la medicina actual oficial, convencional, especializada fundamentalmente en tratar la enfermedad más que en fomentar la salud, nos lleva a la polimedicación y a sufrir sus efectos secundarios, por lo que muchas personas buscan alternativas menos agresivas y propuestas que aumenten su calidad de vida.Hoy, respecto a hace 40 años, existe más conciencia de que la salud y la enfermedad tienen que ver con nuestro estilo de vida y la forma en que afrontamos nuestros conflictos emocionales.
LOS NO CAMBIOS
-¿Y qué crees que no ha cambiado (negativamente)? ¿Quizás el poco apoyo que la Administración ha dado a las medicinas complementarias y la dictadura alopática?
–En estas últimas décadas ha habido una evolución curiosa en la relación entre medicinas no convencionales (prefiero esta terminología porque creo que la medicina complementaria es la alopática) y el estamento de la medicina oficial y la Administración.En los años 80 empezó a haber una cierta aceptación por las otras formas de curar. En los años 90 crecieron las asociaciones de terapeutas, se crearon secciones en los colegios oficiales de médicos de homeopatía, acupuntura y medicina naturista, se iniciaron postgrados y cursos universitarios de estas disciplinas para estudiantes y profesionales sanitarios, por lo que se podía hablar de cierta complicidad con la Administración. En el año 2000 y 2005 la Generalitat de Catalunya creó dos comisiones con la intención de regularizar las terapias y medicinas no convencionales, dos intentos que fracasaron por falta de acuerdo. Hasta el año 2016 fue una etapa de auge y reconocimiento, con másteres y congresos en colegios de médicos. En 2017, a raíz de que la Organización Médica Colegial Española (OMC) crea el “Observatorio contra pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias”, se inicia una persecución y una campaña de desprestigio hacia cualquier forma de curación que no sea la “oficial”, sin ni siquiera considerar aquellas terapias y criterios médicos suficientemente contrastados. Actualmente estamos sufriendo las consecuencias de una industria farmacéutica que se siente amenazada y que cuenta con la Administración para imponer su dictadura alopática.Es decir, en todo este tiempo… hemos pasado de la marginalidad al reconocimiento y la aceptación, un cambio positivo, para volver de nuevo a la marginalidad, como si nada hubiera cambiado. Para ser más justos podríamos decir que hoy la sociedad es más plural y está más “impregnada”, que hace 40 años, de las terapias y medicinas no convencionales, por lo que, a pesar de las nuevas dificultades, su uso está más extendido que entonces.
VACUNAS Y EXTREMA DERECHA
-¿Qué te parece el hecho de que hoy haya grupos de extrema derecha que ponen en tela de juicio todo lo que tiene que ver con las vacunas cuando los primeros movimientos que se dieron en este aspecto se citaron en BioCultura y desde una perspectiva completamente ajena a ese tipo de ideologías? En BioCultura, más que un público negacionista, ¿podríamos hablar de un público “que se hace preguntas”?
–Hoy ocurre un fenómeno curioso. La llamada izquierda, que debería cuestionar lo establecido para mejorarlo, en algunos temas ha dimitido de esta tarea. Por ejemplo, en Sanidad, en general, se alinea junto a las tesis oficiales, y en concreto en el tema de la vacuna del covid 19, hasta el punto de aceptar una vacuna cuyo prospecto niega todas las afirmaciones que las autoridades sanitarias difunden. La derecha ha sido muy lista y ha aprovechado esta situación para abanderar un movimiento que ha arrastrado a muchas personas hacia sus redes, intentando utilizarlo de cebo para confundirlos y atraparlos en su ideología.BioCultura, desde su inicio, siempre ha sido un lugar de encuentro de todos aquellos que se cuestionan lo establecido, y que acuden en busca de respuestas. Como dices, no podemos hablar de un público negacionista sino de personas con un espíritu crítico y positivo…
LAS PRIMERAS VISITAS
-¿Qué recuerdas de tus primeras visitas a BioCultura?
–Recuerdo haber participado, desde su inicio en Barcelona, junto a mis compañeros de “Integral, centre mèdic i de salut” (hoy, “Integral, Cooperativa de salut”), en charlas y talleres de divulgación.El pasear por la feria y encontrar reunidas en el mismo lugar tantas ofertas afines a mi forma de pensar… era una sensación muy gratificante. Alimentación, salud, agricultura ecológica, bioconstrucción, calzado y vestimenta, artesanía… Todo lo necesario para construir una forma de existir más armónica y respetuosa con la vida en general. Esa afinidad hacía que se establecieran vínculos de amistad entre los mismos expositores, entre organización y expositores, y también entre visitantes y expositores. Era la sinergia propia de todos los inicios ilusionantes.
Pedro Burruezo